sábado, 30 de octubre de 2010

Pregunta de conciencia..¿Salario equitativo?


¿Salario equitativo?

Esta es una pregunta de conciencia para mis hermanos metodistas.


Somos una sola iglesia y nuestros ministros no seleccionan a las congregaciones a donde van a ministrar sino que son nombrados.

La verdad es que algunos de nuestros ministros pasan necesidades económicas serias; mientras otros están muy bien remunerados.

Desde una perspectiva de amor y justicia; ¿Cree usted que debería haber equidad salarial (todo incluido) entre nuestros ministros?

David Febo Serrano

1 comentario:

  1. Me parece que el planteo del editor de esta entrada es legítimo. Nuestra iglesia se basa en unos principios de amor, solidaridad y coneccionalidad. En efecto, la Disciplina intenta cuidar estos principios con las cláusulas de salario mínimo pastoral. Lo que sucede es que el sistema está diseñado para los resultados que tiene. Así, todas las iglesias que pueden, tienen la obligación de pagar un salario mínimo. No obstante, las iglesias que no pueden, imponen excepciones a la regla. La denominación trata de arreglar el incumplimiento de contrato a estos y estas compañeras fuera de la política salarial con subsidios pastorales. La razón para todo esto es que el salario y otras compensaciones no son una obligación de la Conferencia Anual. Así, ésta, lo más que puede tratar de hacer es imponer la obligación de los mínimos como una política mandatoria en la mayor parte de los casos, pero podría ser solo una política persuasiva en casos de iglesias con pocos recursos económicos. Para que hubiera un salario común entre los y las pastoras habría que diseñar un sistema económico y administrativo distinto. Un sistema donde las congregaciones aportaran a la Conferencia una cantidad mucho mayor que las porciones que se pagan ahora, para que la Conferencia pagara todos los salarios de forma más igualitaria. Eso lo hacen en Puerto Rico los Adventistas del Séptimo Día. Los salarios son pagos por la denominación que tiene algunos criterios para hacer distinciones justas tales como años de experiencia, tipo de órdenes ministeriales, educación, situaciones personales que justifican diferencias(hijos en el hogar, cuestiones de salud, ect.). Yo creo que su preocupación es legítima, pero requiere un diseño denominacional distinto. Habría que mirar los costos y los beneficios de dicho sistema alternativo. ¿Queremos una denominación que tenga tanto poder como para pagar salarios de cada ministro? ¿Cómo serían los salarios controlados por la denominación? ¿Serían iguales, más bajos o mejores? Siempre que se detecta un problema hay que presentar alternativas realistas y razonables. La preocupación es legítima, pero la solución a este dilema requiere mucho pensamiento.

    Otra pregunta que dejo para otro momento es el de la itinerancia. ¿Por qué algunos ministros son más itinerantes que otros? ¿Justicia o discrimen laboral? Esto requiere otra columna.

    !Paz de Cristo!



    Revdo. Ediberto López Rodríguez, Ph. D.

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