jueves, 27 de febrero de 2020

La Iglesia ante el Coronavirus

La Iglesia ante el Coronavirus

David Febo Serrano

febrero 2020


La Iglesia es una comunidad de Fe que relaciona lo humano a lo divino. Es a la vez un sistema de conducta ético-moral que lo vincula a la comunidad y simultáneamente un sistema de prácticas, creencias y rituales que la vinculan a lo espiritual. 

En Puerto Rico Cristianos, Islámicos y Judíos y otras confesiones de Fe se congregan para adorar a Dios; es decir que practican su Fe mediante el encuentro comunitario. Es mediante este encuentro que la Iglesia se organiza para adorar y servir, mantiene unidad y comunicación entre sus miembros. Sin alguna forma de encuentro comunitario, no hay iglesia.

Todas las iglesias como comunidades de Fe reconocer que su práctica conlleva un compromiso con Dios y un compromiso con la comunidad. Somos Mayordomos del Mundo, no solo de la naturaleza sino de la humanidad. Tenemos una responsabilidad con el bienestar de la comunidad de la misma manera que somos llamados para servir y expandir el reino de Dios. 

Hoy el mundo entero se enfrenta con una amenaza de salud que muy bien podría destruir las vidas de cientos de miles de personas alrededor del mundo. Esta amenaza tiene nombre y se llama Coronavirus. 

El motivo de este escrito no es crear pánico sino establecer que ante esta situación la Iglesia tiene un rol que cumplir. La iglesia se caracteriza por su servicio a la comunidad en momentos de crisis. Aquí en Puerto Rico lo hemos visto en ayuda a afectados del los huracanes, las inundaciones y tan reciente como el terremoto del 7 de enero del 2020 al sur de la isla.

Ante la amenaza real del Coronavirus la Iglesia no puede retraerse meramente a oraciones y plegarias sino que tiene que ser parte de los esfuerzos comunitarios para orientar y prevenir la posible propagación de este virus a la comunidades y en el manejo de esta emergencia.

El primer paso es la preparación interna ya que la Iglesia es una de las unidades sociales más vulnerable en nuestra sociedad.

La Iglesia es vulnerable porque: 

(1) Es una comunidad que se compone por una gran cantidad de personas mayores. Las estadísticas que se conocen sobre esta enfermedad es que las complicaciones y muertes ocurren mayormente entre personas mayores y aquellas con afecciones respiratorias. 

(2) Es una comunidad que se congrega. La conglomeración de personas en áreas cerradas por tiempo prolongado aumenta el riesgo de contagio. 

(3) Sus costumbres religiosas y sociales del saludo con abrazos y besos incrementa el contacto y la posible exposición; esto puede incrementar la exposición al virus. 

(4) Rituales como la comunión y el manejo inadecuado de los elementos o la forma en que se ofrece puede ser un factor para la transmisión del virus.

(4) La iglesia entra en contacto con personas en la comunidad al proveer servicios de carácter social y religioso en la comunidad aumentando así el riesgo de contagio.

¿Significa que la iglesia ya no podrá congregarse? ¿No podrá expresar el amor unos con otros? ¿No podrá proveer servicios a la comunidad, ni evangelizar?

Claro que no, la iglesia se organiza en función de su servicio al prójimo como respuesta al amor de Dios en la vida de sus miembros. Siendo así, ¿Cuál es la respuesta que dará la Iglesia ante una crisis tan amenazante como el Coronavirus?

La Iglesia tiene que adaptarse a los tiempos presentes. La Iglesia tiene que seguir siendo pertinente ante la comunidad a la vez responsable por sus acciones. Tiene que ser fiel a su llamado de servir a Dios y servir a su prójimo. La iglesia no ha de tomar vacaciones de su ministerio sino que lo hará con sabiduría y entendimiento. 

¿Entonces, en términos objetivos y prácticos; qué podemos hacer? 

Pues primero:

(1) Recordar que ante cualquier crisis, nosotros, la Iglesia, seguimos siendo el Pueblo de Dios. Como Pueblo de Dios somos llamados a procurar el Reino de Dios en la tierra y traer paz y consuelo a este mundo.

(2) Recordar que entre nuestras herramientas están la alabanza y la oración. La iglesia que se mantiene alabando se mantiene viva y activa. Así, en avivamiento, se puede capacita para servir. 

(3) Ante la crisis la iglesia es responsable de educarse a sí misma para actuar con sabiduría y entendimiento, y no sumarse a la des-información y al pánico. De igual manera la Iglesia debe ser instrumento de educación a la comunidad que sirve.

La iglesia puede ofrecer información, talleres y conferencias sobre el virus, la epidemia, y el manejo preventivo para protegernos en lo personal, las congregaciones y la comunidad. 

(4) La Iglesia tiene que dar el ejemplo siendo responsable de la seguridad de sus propia congregación. Las siguientes cosas son algunas que la iglesia puede hacer para reducir el riesgo de enfermedad y contagio entre sus miembros.

(a) Se pude proveer un método alterno para participar de las actividades para personas que se encuentren acatarrados o enfermos aunque no hallan sido diagnosticadas con el virus: “Facebook live”, videos y audios de las actividades etc. 

(b) La iglesia puede proveer gel antibacterial a la entrada de sus facilidades y pedir que los que entren lo utilicen.

(c) Se puede implementar otras formas de saludo que no impliquen contacto físico. Por ejemplo: En vez de un abrazo y un beso se puede colocar las manos frente al pecho como si orara acompañado de un “Dios te Bendiga o La Paz sea contigo”.

(d) Los ujieres pueden utilizar guantes como por ejemplo al contar ofrendas de platillo. 

(e) Se deben observar siempre las normas universales de higiene al prepara alimentos y servir los mismos. Donde se requiera; se debe usar guantes y mascarillas.

(f) Los elementos de la comunión deben ser manejados de forma que no se contamine las copas y las obleas al ser repartidas. 

(g) Cualquier otra implementación de sanidad y seguridad que se requiera para reducir al riesgo de contagio en la iglesia y en la comunidad.

(5) La Iglesia deberá estar en alerta y lista para incrementar sus medidas de seguridad si las autoridades de salud lo recomiendan y tomar las acciones necesarias si la situación se agudiza.

Si la iglesia sigue estas medidas no solo salvaguarda el bienestar de su congregación y la de la comunidad que sirve sino que da un ejemplo de responsabilidad y muestra el amor a través de sus acciones. “Porque te amo te cuido y te protejo.”